CASA C.A.
CASA C.A.
CONCLUIDA
La casa se concibe a partir de un patio central que cumple una doble función: ser el organizador espacial y el principal captador de luz natural. Este recurso arquitectónico, inspirado en la tradición de la vivienda mediterránea y latinoamericana, estructura la disposición de los espacios sociales, garantizando una atmósfera abierta, cálida y en constante diálogo con la naturaleza.
Los materiales juegan un rol protagónico en la configuración de este ambiente, destacando el uso del ladrillo visto, que aporta textura, inercia térmica y un carácter atemporal a la vivienda. La materialidad del ladrillo no solo se percibe en muros y detalles estructurales, sino también en la manera en que matiza la luz natural, generando un contraste entre la solidez del material y la ligereza visual de los espacios iluminados.
La zona social se ubica estratégicamente junto al jardín frontal y el patio central, conformando un eje visual y espacial que articula sala, comedor y cocina. En esta última, la relación con el exterior se potencia gracias a la apertura hacia dos frentes: por un lado, el patio central que aporta luz y ventilación cruzada; y por otro, el patio posterior, dispuesto como área de barbacoa, que funciona como extensión del espacio doméstico hacia un entorno más recreativo. Así, la planta baja se caracteriza por una fluidez espacial y una jerarquización clara entre lo social y lo íntimo, donde la arquitectura se integra a la vida cotidiana.
En el segundo nivel, la distribución privilegia la intimidad y el confort, separando los usos privados de las áreas sociales de la vivienda. El dormitorio principal ocupa toda la fachada, configurándose como un espacio amplio, flexible y luminoso. La luz natural ingresa tanto por el retiro frontal como por el patio central, bañando de manera equilibrada el interior y reforzando la idea de un ambiente saludable y energéticamente eficiente.
La materialidad del ladrillo se mantiene como hilo conductor en esta planta, aportando continuidad visual y térmicaentre los niveles. El ladrillo actúa como un filtro solar natural, controlando la radiación directa y garantizando un microclima confortable en las estancias privadas.
Junto al dormitorio principal se disponen un espacio de estudio, un dormitorio de visitas y un área de lavandería, lo que permite diferenciar con precisión los ámbitos de la vida diaria. La organización espacial enfatiza la transición entre lo público y lo privado, reforzando la idea de una vivienda que responde tanto a las dinámicas sociales como a las necesidades de descanso y trabajo.
De esta manera, la casa no solo resuelve de forma eficiente la relación entre espacio, luz y materialidad, sino que también proyecta un carácter arquitectónico definido, donde el ladrillo, la iluminación natural y la distribución espacial se convierten en los elementos esenciales para la experiencia del habitar.