CASA RENÉ
CASA RENÉ
CONCLUIDA
La vivienda se desarrolla a partir de un principio rector: la modulación, entendida no solo como una medida constructiva, sino como un sistema que articula el espacio, la materialidad y la atmósfera. Desde esta lógica, el proyecto alcanza un equilibrio entre sistemas constructivos distintos —la mampostería de ladrillo y hormigón y la ligereza del steel framing combinado con fibrocemento y madera— que conviven en armonía para generar un lenguaje arquitectónico único.
Uno de los ejes más relevantes es la relación entre la casa y el terreno. La pendiente natural del lote se resuelve mediante la agrupación funcional en bloques diferenciados: el bloque social y el bloque privado. El primero se abre hacia los patios y hacia el exterior inmediato, con un carácter flexible, fluido y universal. El segundo, en contraste, responde a la necesidad de intimidad y resguardo, concentrando los espacios de lectura, descanso y servicios sanitarios.
El proyecto está traspasado por cinco patios estratégicamente ubicados: frontal, central, posterior, de servicio y de lectura. Cada uno cumple una función específica: el patio frontal organiza el acceso y da un primer gesto de apertura; el central se convierte en núcleo articulador, donde incluso el piso mismo responde a la modulación; el posterior actúa como extensión social y de descanso; el patio de servicio asegura funcionalidad y ventilación en áreas húmedas; finalmente, el patio de lectura se integra al bloque privado, generando un espacio íntimo de contemplación y retiro.
La distribución espacial responde a esta lógica de articulación. Las zonas húmedas —cocina y lavandería— se concentran junto al patio de servicio, asegurando eficiencia y ventilación. Un espacio de conexión reúne la habitación de servicio y baños, y actúa como transición hacia el bloque privado, conformado por una sala de lectura, baño independiente y habitación principal. Esta jerarquización espacial garantiza fluidez en los recorridos y al mismo tiempo resalta la idea de un proyecto que ordena la vida cotidiana en torno a patios, luz y materialidad.
La propuesta material se convierte en uno de los elementos más expresivos de la vivienda. El acero expuesto organiza la estructura, permitiendo resolver luces más amplias y aberturas continuas que favorecen la integración interior–exterior. Sobre esta base, la madera aparece como un contrapeso cálido, aplicada en recubrimientos, mobiliario fijo y elementos interiores que regulan la atmósfera. La convivencia entre la pesadez del ladrillo y el hormigón con la ligereza del steel framing y el fibrocemento produce un contraste equilibrado: lo sólido se mezcla con lo liviano, lo tectónico con lo prefabricado, dando como resultado un lenguaje arquitectónico contemporáneo y coherente.
La iluminación natural se convierte en el recurso protagónico del proyecto. Gracias a la disposición de patios y ventanales de gran formato, la luz ingresa a cada espacio con matices distintos. El patio central, en particular, funciona como un colector de luz, proyectando sombras moduladas sobre pisos y muros, mientras que el patio de lectura tamiza la luz de manera íntima, ideal para actividades contemplativas. En el bloque social, los ventanales permiten que la luz natural acompañe la vida familiar a lo largo del día, reduciendo la dependencia de iluminación artificial y generando un ambiente cálido y dinámico.
El proyecto no se limita a resolver un programa habitacional; construye una atmósfera única en la que la técnica y la sensibilidad se encuentran. La modulación no solo ordena los sistemas estructurales y constructivos, sino que también organiza la experiencia espacial del habitante: cada patio, cada cambio de material y cada abertura responden a una lógica de claridad y equilibrio.
En síntesis, la vivienda se presenta como un ejercicio de integración entre tradición y modernidad: la solidez del ladrillo y el hormigón dialoga con la eficiencia del steel framing; el acero aporta resistencia y carácter, la madera suaviza y humaniza, la luz natural transforma y enriquece. Todo ello conforma un proyecto que, más allá de su funcionalidad, se convierte en un espacio de vida donde arquitectura, materialidad y paisaje se entrelazan en equilibrio.