CASA S.M.
CASA S.M.
CONCLUIDA
La vivienda se concibe a partir de un sistema de modulación estructural y espacial que ordena tanto la composición de los volúmenes como la expresión material de los cerramientos. El ladrillo, dispuesto en distintas texturas y aparejos, se convierte en el lenguaje predominante del proyecto, no solo como elemento constructivo sino también como recurso expresivo que otorga identidad a la vivienda. Este material se complementa con carpinterías en acero y madera, que marcan los accesos y enfatizan la transición entre los espacios exteriores y los interiores.
Desde el ingreso, la arquitectura se proyecta con una clara intención horizontal que busca armonizar con el entorno. La modulación del ladrillo permite jugar con la escala humana y genera planos uniformes interrumpidos por vanos acristalados que abren visuales hacia el paisaje. La iluminación natural se potencia mediante la ubicación estratégica de aperturas, lo que evita depender de luz artificial durante el día y promueve un ambiente cálido y saludable.
El recorrido del visitante está cuidadosamente diseñado: al cruzar la fachada principal, la mirada se conduce hacia el fondo del lote, enmarcando el paisaje y el espejo de agua que acompaña la vivienda. Este gesto arquitectónico convierte el espacio de llegada en una experiencia sensorial donde la materialidad y la naturaleza dialogan de manera fluida.
Interior y espacios habitables
La vivienda se organiza en dos niveles claramente diferenciados en cuanto a funciones. En la planta baja se ubican los espacios sociales y de servicio, agrupados en un costado de la casa para optimizar la circulación y facilitar la conexión directa con el exterior. Allí se disponen la sala, comedor, cocina, despensa, baño social y la grada como eje articulador. El diseño privilegia la apertura hacia los espacios verdes, lo que permite integrar actividades familiares con el paisaje inmediato.
En la planta alta se desarrolla el programa privado con cuatro dormitorios. Dos de ellos cuentan con baño propio, mientras que los otros comparten un baño común. Los servicios sanitarios fueron resueltos en un núcleo central que aprovecha la ventilación e iluminación natural a través del cielo, garantizando confort y eficiencia energética. Este agrupamiento de servicios en planta alta optimiza la modulación y asegura que cada dormitorio mantenga su independencia funcional y su conexión con el entorno.
La distribución espacial responde también a un criterio de organización volumétrica en “T”, donde el brazo principal contiene las áreas sociales y el ramal transversal conecta la zona privada con la piscina familiar, creando así un sistema fluido de recorridos y relaciones visuales. La presencia constante del ladrillo, la madera en los acabados interiores y el acero en los marcos de carpintería refuerza la idea de un proyecto donde los materiales no solo cumplen una función técnica, sino que transmiten carácter, calidez y modernidad.